El futbol, así como el arte, parece que se va definiendo según la época y el contexto que determina el modus vivendi y operandi de la sociedad. Por ejemplo, colocar una banana con cinta adhesiva en una pared y venderla por miles de dólares es el reflejo de la ligereza y lo insulso de las nuevas elites que derrochan, como María Antonieta, mientras el mundo se resquebraja a su vista sin que pase absolutamente nada. Lo importante es marcar tendencia y decirle al mundo lo bien que se siente cuando hay billete impreso por montones que, dicho sea de paso, es lo que está hiper-inflando las economías de todo el planeta: la impresión, no solo del verbo impresionar sino del verbo imprimir el papel cuadradito que nos vuelve locos como lo está haciendo con los jeques en Qatar.