Ingenuamente se creyó que la inquisición (según los datos oficialistas) había terminado en 1813 en las cortes de Cádiz, España. Sin embargo, esta bestia dormida pero no desaparecida da un espectacular coletazo en pleno siglo XXI haciendo realidad uno de sus sueños húmedos, el de mantener el poder y el orden social a partir del control de la información, reavivando con fuerza las llamas de su más profundo propósito, el de restaurar el Nuevo Orden dentro de un supuesto caos Mundial.
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