“Todo viaje es una muerte, una despedida, y, simultáneamente, un parto, un nacimiento” leía de Mario Mendoza mientras viajaba de Nueva Jersey a Nueva York en un bus interestatal cuya destinación es movilizar a migrantes residentes, afrodescendientes nativos o latinos turistas como yo; de estos últimos más bien pocos. Esta imagen es la que hoy rememoro dado el contraste entre ser turista y ser migrante en medio de un sueño americano.
Síguenos en PROFANATICOS.COM