Mi primer encuentro con Carlos, el hombre libre, libre pensador, el aprendiz de brujo fue al llegar a este mundo. Así sin entender el porqué, el para qué y /o el cómo aquí estaba. Al abrir los ojos me di cuenta que me encontraba junto a unos seres maravillosos que me esperaban con amor, miedo y mucho entusiasmo. Dos seres que le darían sentido a esta historia y me darían lo que sería el tesoro más importante de la vida. Me enseñarían a ser yo misma, a ser autentica, a tener curiosidad intelectual, a tomar riesgos, a no temer equivocarme y volver a empezar, a comprender que todos los días hacemos magia y que todos somos una chispa divina. Con el ejemplo aprendería a desarrollar ese sexto sentido y sensibilidad hacia las artes que luego sería una prioridad. Sin saberlo estaba con las personas que me ayudarían a crecer y a aprender a conjugar el verbos ser y tener…Sobre todo por aquello de tener carácter.