Estalactitas y estalagmitas
24 September 2021

Estalactitas y estalagmitas

Pablo: Reavivado por una pasión - Eudaldo Rosado
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“Pero  nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la  coraza de la fe y del amor, y con la esperanza de salvación como casco”   (1 Tesalonicenses 5:8).


Las estalactitas y las estalagmitas  son formaciones que se encuentran en cuevas, grutas o cavernas y son  producidas por un fenómeno llamado precipitación química. Las  estalactitas son formaciones verticales que parten de arriba hacia abajo  y las estalagmitas se forman al revés: de abajo hacia arriba.


Las  estalactitas se originan en el techo y continúan creciendo de forma  descendente hacia el suelo. Son formaciones rocosas que tienen en el  centro un conducto por el cual circula el agua con los minerales y que  con su goteo produce la formación de las estalagmitas.


Las  estalagmitas, originadas en el suelo, se dirigen de forma ascendente, no  tienen el conducto central, y crecen por los residuos que vienen de  arriba. En el momento en el que ambos se juntan, se forma una estructura  única denominada columna, o pilar.


Pablo no habló de estalactitas ni de estalagmitas, pero estas figuras ilustran la enseñanza del apóstol. Nuestra  vida es posible no por una precipitación química sino por el descenso y  la encarnación de Cristo entre nosotros. Nuestra existencia se origina  por un propósito que viene de arriba. En él existimos, en él nos  nutrimos, en él crecemos, nos hacemos fuertes y sobrios. Unidos a él,  llegamos a ser una columna o pilar firmemente establecido, defensa y  baluarte de la verdad.


Pablo reitera la necesidad de  estar protegidos por esta armadura para crecer en las cavernas  tenebrosas del pecado de este mundo corrupto. La fe y el amor son como  la coraza que cubre el corazón: hacia Dios, y hacia el prójimo. La  esperanza es el yelmo que protege la mente. Los incrédulos indiferentes  fijan su vista en las cosas de abajo, mientras que los creyentes  comprometidos ponen su atención en las cosas de arriba.


“La  perspectiva que uno tiene de la vida determina el resultado que se  obtiene; y cuando esta perspectiva mira hacia lo Alto, un buen resultado  está asegurado”, afirmó W. Wiersbe. Reconozcamos nuestra absoluta  dependencia del Señor; solo en él somos fuertes y firmes a fin de vivir  como hijos de la luz, sobriamente, dependiendo permanentemente,  obedeciendo fielmente, siendo un pilar y una columna para sostener a  otros.


Así como Cristo es nuestra estalactita –porque se  derramó hacia nosotros, nos origina, nos sostiene, nos nutre y nos hace  crecer–, nosotros también podemos ser la estalactita que nos derramamos  hacia muchos llevando nutrientes salvíficos de amor, fe y esperanza,  produciendo nuevas estalagmitas.