Telas viejas, vestidos nuevos, vino nuevo, odres deteriorados y niños sentados en las plazas. Desde luego, yo no habría explicado el reino de Dios de esta manera. Al terminar el mensaje, grupos pequeños con las siguientes preguntas:
1. ¿Qué ha significado para ti la llegada del reino a tu vida? ¿Qué ha cambiado, qué ha transformado?
2. ¿Qué telas viejas de nuestras vidas antes de Jesús pueden acabar arruinando nuestra participación en su reino?