El gobierno juega un papel fundamental en el ecosistema emprendedor al crear políticas que promueven la innovación, ofrecer financiamiento y fomentar la formación empresarial. También impulsa la colaboración entre sectores, desarrolla infraestructura como parques tecnológicos y regula el entorno para garantizar una competencia justa y proteger la propiedad intelectual, facilitando así el crecimiento de nuevas empresas.