El gran error del fonoaudiólogo fue traerme las cintas en que grababa nuestras clases para que escuchara "mi aprendizaje".
Me las puso en la brabadora que siepre ocupa. Nunca lo había hecho. Probablemente pensó que me estimulaba, que la deficiencia me impulsaría a poner más de mi misam. Tremendo error. Oí esas cintas. Fue al final de ese día que tomé mi decisión.