El ser humano cuando es capturado por los afanes de la vida, pierde su libertad. El fracaso, la frustración, el desengaño, afectan en su deseos de éxito y bienestar. Cuando se deja dominar por la fuerza de la adversidades y no puede controlar sus emociones, se hace vulnerable a deseos y pasiones sin control. Sin darse cuenta, poco a poco, puede caer en diversas formas de esclavitud. Jesus dijo: "De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”. Juan 8:34