¡Vaya coincidencia histórica! Conviven los populistas estadounidenses con los mexicanos en una incómoda vecindad y con un diferencial de poder abismal, en perjuicio de Claudia.
Lejos de buscar el diálogo, los gobernantes populistas insultan, descalifican, persiguen políticamente y acosan judicialmente a lo que ellos llaman “sus adversarios”, de manera despectiva.