Mi Primera Cita

Iniciamos la semana recordando que amar a los demás es reflejo de conocer a Dios, porque Él mismo es amor.

Derribemos la culpa y acerquémonos con confianza a la Presencia de Dios, donde encontramos descanso y respuestas para el alma.

Muchas veces cargamos con culpa pensando que no amamos lo suficiente, pero Dios mira el corazón y nuestras intenciones.

El amor no se limita a palabras o detalles. Hoy hablaremos de encontrar un equilibrio para demostrarlo genuinamente a quienes nos rodean.

Descubramos juntos cómo el amor se demuestra al servir al prójimo con acciones y entrega, tal como Cristo dio su vida por nosotros.

Reflexionaremos en la historia de Caín y Abel para aprender a no dejar que la envidia gobierne nuestro corazón, sino a vivir en amor hacia los demás.

El futuro del justo está asegurado en la bendición de Dios, una herencia que el mal jamás podrá arrebatar.

La paciencia en la presencia de Dios nos enseña que su tiempo es perfecto y sus respuestas nunca fallan.

Rendir nuestros planes a Dios abre la puerta a su ayuda y dirección en cada paso de nuestra vida.

Cuando disfrutamos de la presencia de Dios, nuestros deseos se alinean con su voluntad y Él nos concede lo mejor.