- ¿Aguja o clavo?
El anciano de ojos profundos miraba a la jovencita que lloraba. Ella presentaba una herida en el brazo, él la estaba cuidando.
- Mi mamá estaba tejiendo, me acerqué mucho y... - empezó a llorar
- Tranquila, pequeña. Si es con aguja no hay problema; sanará rápido, un día ninguna marca quedará.
La niña lo miró pensativa.
- ¿Y si fuera un clavo?
- Entonces, sería más difícil. A veces el clavo está oxidado, lo que hará infectar la herida; otras veces, aunque sea superficial, será muy dolorido. Quédate feliz, ¡es aguja! En realidad...
Ahora tenía toda la atención de la chiquita. El anciano era famoso por sus historias y ella sabía que "en realidad" era una de sus formas favoritas de introducir el cuento. Paró de llorar, se quedó atenta e incluso notó que otras personas se asomaron a la puerta de la sencilla casa, así que escucharon la frase.
- En realidad, recuerdo esta historia en que una niña, igual que tú, buscó por su papá. Ella estaba herida, pero no como tú; su mejor amiga la había traicionado. El papá trató de consolarla mucho, pero viendo que no funcionaba, la llevó al fondo de su casa. Ahí había una madera, él tomó un clavo y una aguja y le pidió a su hija que colocara los dos en la madera, con la ayuda de un martillo. La niña, sin entender mucho, lo hizo. Al final, el papá le mostró qué había pasado. "Hija, cuando pones el clavo, mira como queda la madera; lastimada y marcada para siempre. Si fuera un árbol vivo, eventualmente se recuperaría, de lo contrario, aunque yo sacara el clavo" y lo sacó "se quedaría la marca... Y mira tu mano al martillar el clavo, está un poco lastimada también. Ya la aguja penetra, es profunda y fuerte, pero no ocupa mucho espacio y al hacerlo como lo hiciste, con una tela que te protegió la mano, no te lastimaste tampoco. Se puede sacar la aguja y, aunque la marca quede, la memoria será borrada. En la vida, hay dos formas de lastimar a alguien: un clavo, donde hieres a la persona como si nada pudiera recuperar, o una aguja que la hiere, pero es fácil de volver a retomar la relación. Mi consejo a ti es que hoy te lastimaron con un clavo, así que nunca lo hagas a otra persona. Eres un pequeño árbol vivo, te curarás un día, y podrás seguir viviendo; pero ten en cuenta que la persona que te hirió, también está lastimada. El martillo también está hecho de la misma madera…"
Pensativa, la niña le agradeció y se fue, cuidadosa de jamás herir a alguien con un clavo.
#RelacionesSaludables #sanación
Regístrate a este PODCAST - un audio nuevo ¡todos los martes!
http://tiny.cc/MiPodcast
Canal de YouTube: http://tiny.cc/MarceloBulk
http://tiny.cc/MeditacionPodcast