Se publicitan en las redes sociales como productos capaces de sanar graves enfermedades. Invitan a la gente a consumir estos pseudomedicamentos asegurándoles que podrán poner fin a sus dolores. El problema es que no han podido comprobar científicamente que cumplen con lo que prometen. Son los productos milagro, que ahora están en la mira de los Tribunales de Justicia y el Sernac.