Dirigir un negocio hoy no es simplemente liderar un equipo creativo. Es gestionar cientos de microtareas operativas que, si no se controlan, te comen vivo. Lo viví en primera persona.
Cuando empezamos a escalar y crecieron los clientes, también lo hizo la carga operativa… y con ella, el estrés del equipo, los retrasos en entregas y, lo peor, la calidad empezó a flaquear.
¿La solución? No fue contratar más personas. Fue automatizar de forma inteligente.