Cuando integré IA en mi estrategia comercial, no lo hice por impulso ni por desesperación. Fue una decisión estratégica. Lo vi venir: embudos de venta que aprendían y actuaban mejor que muchos vendedores, leads que se enfriaban por falta de seguimiento, y equipos comerciales que desperdiciaban el 70% de su tiempo en tareas que no generan ingresos.
Así que tomé una decisión que aún hoy sigue incomodando a algunos: delegué a la IA parte del proceso de ventas. Y lo volvería a hacer sin dudarlo.