Empezaremos nuestro recorrido partiendo de los códices mágicos de los monasterios. En primer lugar, debo destacar que un monasterio es un edificio donde vivían uno o varios monjes en clausura y que los monasterios cristianos reciben el nombre de abadías o prioratos.
Una abadía es un monasterio o convento cristiano que se organiza bajo las órdenes de un abad o abadesa, elegidos como el padre o la madre espiritual de dicha comunidad. Un priorato solo se distingue de la abadía en que el monje a cargo ostenta el título de prior en lugar de abad.
Es incuestionable que, a lo largo de la Edad Media, los monasterios se ganaron a pulso el hecho de ser focos de cultura. La importancia de un centro monástico estaba directamente relacionada con la calidad y la cantidad de los libros que eran copiados en sus instalaciones junto a los fondos editados de su biblioteca, constituyendo estos su más valioso tesoro.