Cuando una relación termina, muchas veces nos quedamos atrapados en el ‘por qué’. ¿Por qué no funcionó? ¿Por qué cambió todo? ¿Por qué no fue como lo soñábamos? Pero lo que realmente importa no es el ‘por qué’, sino el ‘para qué’. Cada relación, incluso aquellas que no duran para siempre, llegan a nuestra vida con un propósito. Y cuando ese propósito se cumple, aprender a soltar desde el amor es un acto de profundo respeto hacia lo que esa relación significó…