Cuando la realidad cambia, nuestras respuestas aprendidas gestionan el cambio siguiendo un determinado patrón.
Lo curioso es que, aún conociendo las fases de ese patrón, no siempre conseguimos procesar el cambio a la velocidad que sería ideal para nosotros, y para nuestras organizaciones, tanto familiares y sociales como empresariales.
Una de las fases críticas tiene que ver con aceptar. Sin duda, este verbo juega un papel clave en la facilidad con la que cambiamos y volvemos a ser competentes.