A menudo pensamos que la realidad es tal y como la vemos.
Y lo que a muchos se nos olvida, es que lo que en realidad estamos gestionando -en nuestras mentes- es la percepción que estamos teniendo de esa realidad.
O dicho de otra manera, en esos momentos no estamos siendo conscientes de cómo funciona nuestra mente a la hora de leer la realidad. Y me refiero al hecho de que nos “despistamos” y no nos percatamos de que estamos accediendo a una pequeñísima parte de toda la información disponible en un momento dado.
Como consecuencia no nos damos cuenta de cómo estamos elaborando pensamientos y emociones a partir de esa cantidad limitada de información.