“Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz” (Colosenses 2:14).
“La ley de los Diez Mandamientos vive y vivirá por los siglos eternos. La necesidad de las ceremonias de sacrificios y ofrendas cesaron cuando el símbolo y la realidad simbolizada [‘tipo’ y ‘antitipo’] se encontraron en la muerte de Cristo. En él [Cristo] la sombra llegó hasta la sustancia. El Cordero de Dios fue la ofrenda completa y perfecta.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo 6, pp. 1115, 1116.