Fue el lugar al que podíamos ir para encontrar a quienes estaban en una búsqueda similar a la nuestra.
En las primeras horas de la internet, donde las conexiones eran por medio de un módem de hasta 52 kbps, la aparición de sitios web con chats, tales como Uol, Yahoo, Laplatavive, en los que encontrabas una sala de chat gay, era el paraíso para quienes no habíamos salido del closet y buscábamos algo de acción.
Horas delante de un monitor, tamaño 14’’ para lograr un potencial encuentro, al que la mayor parte de las veces íbamos a ciegas, porque no existía Facebook, Instagram ni los Smartphones.
Y el resultado era variado, desde una noche inolvidable hasta la decepción de ir a un lugar y quedarnos buscando a la otra persona, que decidía no presentarse o mirar desde la comodidad de su ventana, o desde la esquina mientras pasábamos calor o frío.
Estos sitios son los orígenes de otros más especializados, pero siempre con el mismo objetivo, permitirle a quienes no solíamos salir a los boliches del ambiente, encontrarnos para gozar y conocernos un poco más.
Nacieron amistades dentro de esos sitios, se forjaron relaciones y también se encontró con la indecisión de muchos, que entraban a ver qué onda, porque no se animaban a dar el siguiente paso.
Hoy a la distancia recuerdo muchas anécdotas que ocurrían cada noche desde la comodidad de la PC en mi casa, o desde la velocidad que daba el Cyber de calle 46 entre 7 y 8.
Chatear a veces toda la noche con alguien que no conocías personalmente, pero con quien se había formado un vínculo potente a partir de las palabras, la charla y las ganas de pensar que era lo que estabas buscando. Sin fotos, videos o audios que confirmen lo que una pantalla te hacía sentir.
Y la adrenalina de ir al encuentro, para el que nos habíamos descripto casi siempre cambiando algún aspecto, con un nombre inventado y en un algún lugar público.
Las nuevas tecnologías han disipado parte de esa magia, hoy podemos conocer rápidamente por sus perfiles a la persona con la que virtualmente estamos hablando.
Fotolog, Facebook, Instagram, Tinder, Grinder, Growler, Tik Tok, nos regalan fotos, videos.
Whatsapp, Telegram nos permiten conocernos en tiempo real, hacer videollamadas y armar “chats”.
Sin embargo, está muy bueno compartir con aquellos que no vivieron las primeras olas de internet las miles de anécdotas que nacieron gracias a La Plata Vive y otros chats…
Grabado en los estudios de @ficus_clubcultural en la ciudad de La Plata