Borja González: “En Canarias no sirve una protección solar menor de 50”
El pasado 13 de junio se celebró el Día Mundial contra el Cáncer de Piel y el dermatólogo de Hospitales Universitarios San Roque Maspalomas, Borja González Ponce, aprovecha la ocasión para recordar la importancia de la prevención y la detección precoz a la hora de evitar un cáncer de piel.
“Afortunadamente el melanoma no es la lesión más frecuente, pero sí la más agresiva y cada vez vemos más casos en menores de 30 años”, asegura. Además, añade “por suerte, la población está más concienciada, pero existe una tentación constante. No hay que dejar de tomar el sol, pero sí hacerlo sin excesos. Hay que extremar la precaución a lo largo de todo el año, pero, especialmente, en esta época”.
Aunque en anteriores ocasiones ya habló de que “la rutina del protector solar debe ser como la de lavarse los dientes”, afirma que “lo más importante no es la crema, sino evitar la exposición solar entre las horas centrales del día, cuando el sol es más dañino como entre las 12 de la mañana y las 5 de la tarde”. Además, también comenta que en el caso de Canarias “no sirve una protección menor de 50”.
Otras recomendaciones que da el dermatólogo de Hospitales Universitarios San Roque son que la exposición al sol no exceda las tres horas como máximo, renovar el protector solar cada hora u hora y media y repetir al salir del agua, utilizar sombrilla y cubrirte todo lo posible, aunque utilices ropa y prendas frescas, cada vez que vayas a realizar cualquier actividad “incluso ir a dar un paseo o al supermercado”.
“No se trata de la playa o de la piscina, ni siquiera de estar a la sombra, se trata del sol y el sol se refleja en el agua, en el césped o en la arena. Por no hablar de la montaña, donde hay que protegerse aún más si cabe, ya que cada 1.000 metros de altura, la radiación aumenta en un 10-15%”, comenta.
Patologías más comunes
Sobre cuáles son las lesiones más comunes, asegura que es la queratosis actínica la más habitual. Una mancha áspera y escamosa que suele presentarse después de años de exposición al sol y que puede aparecer en la cara, labios, orejas, antebrazos, en el dorso de las manos o incluso en el cuero cabelludo, pero que “afortunadamente se cura en el 99% de los casos”.
En ocasiones, esta queratosis actínica o solar puede derivar en un carcinoma, el más común es el basalioma o carcinoma de las células basales que, aunque no suele poner en riesgo la vida del paciente, si necesita tratamiento. Y, el más agresivo es el melanoma. Una lesión que, tal y como asegura el doctor González Ponce, “en el 70% de los casos son lunares nuevos que aparecen”.
Signos de alerta que ayudan a diferenciarlos de una lesión benigna y en los que hay que fijarse “bordes irregulares, suelen ser asimétricos, con muchos colores, distribución de forma anárquica y crecen más rápidamente, de hecho, suelen crecer en días o semanas”. Estas son las principales señales que recomienda observar para ayudar a una detección precoz. También, añade que es importante ver si se produce “un sangrado sin explicación o un abultamiento repentino”.
Otro de los factores determinantes para el dermatólogo, teniendo en cuenta que la mayor exposición se produce durante la infancia y la adolescencia, es la educación temprana. Por eso, “es fundamental inculcar el cuidado de la piel desde pequeños porque es como un disco duro con memoria que va almacenando todas las exposiciones”. En este sentido, afirma que las quemaduras solares en la infancia son un factor de riesgo para sufrir cáncer de piel y que, aunque aparezca a los 40, 50 o 60, la causa es el sol que tomaste con 15 o 20 años.