El significado político de esto es que el ala dura, derechista y pro bonapartista del MAS se reestructura en el control del Estado y se va imponiendo internamente por encima de su ala conciliadora. El retorno de Evo Morales al país ha potenciado esta reestructuración, siendo el jefe del partido con dominio sobre la dirección cocalera de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba.