La coherencia no local entre los cerebros y las mentes de diferentes individuos produce un buen número de los fenómenos paranormales tales como la telepatía, la visión remota o clarividencia y la curación a distancia. En estos casos la coherencia no local entre las mentes de los individuos está mediada por sus cerebros y sus cuerpos, pero qué pasa con la conexión y la coherencia con una mente que no está asociada a un cerebro y cuerpo viviente. La posibilidad de comunicarnos con personas ya fallecidas ha colmado la imaginación de los seres humanos desde tiempos inmemoriales. La comunicación después de la muerte se ha realizado a través de los médiums. Sin embargo, también se ha logrado inducir con técnicas modernas como las utilizadas por el psiquiatra Alan Botkin quien la ha inducido en cerca de tres mil personas mediante lo que ha denominado “reprocesamiento y desensibilización sensorial” que consiste en una serie de movimientos oculares rápidos. Reportó que el 98% de los individuos que utilizan esta técnica han logrado comunicación con seres fallecidos. Sus resultados no dependen de la relación del sujeto con la persona fallecida. Lo ha logrado en sujetos profundamente religiosos, pero también en agnósticos y ateos. Las personas refieren que su conexión telepática es real y les produce un cambio instantáneo de un estado de tristeza a uno de elación