El mensaje de esta reflexión tiene como propósito explicar el origen del mal y del sufrimiento desde una perspectiva bíblica, mostrando que el sufrimiento humano no es causado por Dios. La humanidad es responsable del mal que ha experimentado, al separarse de su Creador por causa del pecado y la rebelión. Se presenta un posible solución para sobrevivir y salir victoriosos de este gran conflicto.