En esta Palabra el Señor nos impulsa a seguir determinados en nuestra Asignación, como lo hizo la mujer que tocó el borde de su manto, ya que no se acomodó a su circunstancia, si no que al determinarse en fe provocó un milagro en su vida.
En génesis 2, el Padre nos enseña a través de Adán y Eva que en el lugar asignado ( Edén) habrá multiplicación y la provisión necesaria para cumplir con la asignación que el Padre nos ha dado.