Colocamos el amor en el lugar equivocado dentro de las prioridades que deberíamos tener como seguidores de Jesús.
De acuerdo con la Biblia, el AMOR es lo más importante para Dios. Lo que más distingue a los seguidores de Jesús es el amor, no las actividades eclesiásticas, las disciplinas espirituales o las conductas religiosas.
La mejor forma de representar a Dios es a través del amor.