En su reposo. 08/07/2022. T18. E19.
“Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis”.
2 Crónicas 19:6
Representantes de Dios
A pesar del error cometido al apoyar a Acab, Josafat fue sin duda uno de los mejores reyes de Judá.
Destaca la forma en que atendió a la nación, viajando personalmente para hacer presencia en todo el reino y posteriormente colocando jueces que juzgarán a la nación correctamente.
A estos hombres nombrados para hacer justicia entre el pueblo es a quienes dirige las palabras de nuestro versículo, y revelan una visión clara del peso que estaba siendo colocado sobre sus espaldas.
Tal vez aquellos jueces pensaban que era un gran honor ocupar el estrado y juzgar en nombre del rey. Pero estaban totalmente equivocados.
Josafat les aclara que no están ahí para juzgar “en lugar del hombre”.
La autoridad que habían recibido provenía del rey, pero aún el rey sabía que su autoridad no emergía de sí mismo sino de Dios.
Lo cual inevitablemente llevaba a la conclusión de que la autoridad de los jueces no era la del rey, sino la de Dios.
Por lo tanto, al ocupar el estrado para juzgar a sus hermanos, Josafat les advierte que estaban ahí “en lugar de Jehová”.
Tomaban la autoridad de Dios y por lo tanto lo representaban al hacer los juicios.
Lo que ellos hicieran tenía que hacerse como si Dios mismo juzgara a la nación.
La autoridad, cualquiera que sea la que está en nuestras manos, no es nuestra, proviene de Dios. Él nos ha dado el privilegio de ocupar esa pequeña o grande porción de autoridad, y por lo tanto lo que hacemos con ella lo hacemos como si Dios mismo la ejerciera.
Como padres o líderes en nuestra familia, como jefes en alguna área de nuestro trabajo, o al ocupar posiciones de servicio en nuestra iglesia local, estamos ahí en representación de Dios.
Todo lo que hagamos con la autoridad que hemos recibido, ha de realizarse en el entendido de que lo estamos representando a él, y debemos actuar tal y como él lo haría.
Por si fuera poco, el rey añade la frase: “el cual está con vosotros cuando juzgáis”.
No representaban al rey, sino a Dios.
Bueno hubiera sido que representaran al rey, ya que este no podía estar en todos lados viendo la forma en que juzgaban al pueblo.
Pero Josafat les advierte que en cada juicio que realizaban, aquel a quien representaban, esto es, Dios, estaba presente durante el juicio.
Es algo así como, el maestro que da clases a sus alumnos, pero está presente en el salón el Director de la escuela.
Dios estaba ahí siempre, viendo su conducta, observando sus acciones, y siendo testigo de la forma en que lo representaban.
¿Estamos conscientes de que en cada juicio que realizamos, en cada ocasión que usamos nuestra autoridad, aquel que nos hado esa autoridad está presente viendo cómo hacemos uso de lo que ha puesto en nuestras manos?
Dios está ahí al usar nuestra autoridad en el hogar, en el trabajo, en la iglesia. Nunca podremos engañarle.
Su gracia nos ayude para representarle con temor y un alto sentido de responsabilidad, que honre su nombre y dignifique su justicia.
Isaí Rodríguez Ruiz