Al transcurrir el paso efímero por esta vida podemos llegar a encontrar y disfrutar un tesoro eterno. Al principio parece que contamos con la visita de alguien que observa, nos compaña, sugiere y nos ayuda cuando lo creemos necesario. Todo cambia un día cuando el que parece ser que admira se convierte en admirado, cuando el que acompaña se convierte en fuente principal e indispensable ubicándose en la parte central. Y por sobre todo cuando estar juntos en un lazo que nos unifica y caemos en cuenta que esta experiencia siempre estuvo como propósito principal de la mente divina.
Proverbios 9:10 NVI
El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener entendimiento.