En un mundo donde lo mas fuertes son los destacados, donde ganar es llevarse el reconocimiento por superar cualquier discusión saliendo victorioso por pegar mas fuerte con argumentos mas letales, ante cualquier disputa que surja. Ser pacificadores es una tarea casi inconcebible y por lo general poco valorada.
La palabra de Dios reconoce esto y al contrario afirma que las personas que buscan la paz por sobre la razón o el beneficio, son bendecidos con una distinción superior; son llamados hijos de Dios.