En Dios no solo encontramos un ejemplo de amor y comprensión, si no que también podemos encontrar un ejemplo de entrega total de la manera más excelente.
En este mensaje podemos ver el llamado amoroso de Dios a una reflexión superior, a un diálogo de crecimiento, y a un aprendizaje que nos va a llevar a no solo a dar lo mejor; si no más bien a entender que de esta manera replicamos y multiplicamos la forma de bendecir que tiene Dios a su mundo bueno.