A menudo caemos en el engaño de una falsa percepción de Dios a causa de las mentiras que el enemigo nos insinúa, aprovechando la culpa y frustración que nos genera fallar por caer en pecados antiguos.
Si disponemos el corazón a responder el llamado de Dios, a pesar de no sentirnos dignos ya que muchas veces negamos el amor que le tenemos al no querer lo que nos ofrece. Vamos a entender que El nos sigue buscando para darnos un abrazo restaurador y un beso demostrando amor genuino para con nosotros. De esta manera nos afirma que sigue vigente nuestro propósito a confiar en su dirección; que nos lleva a realizar las cosas para las que fuimos hechos.