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Cuando la reforma protestante se dio, en el siglo 18, Solo Cristo o solo por Cristo fue una de las verdades que dio vida a los corazones muertos, sedientos de verdad e inseguros. Saber que la vida eterna esta solo en Cristo, que solo Cristo es el mediador de los hombres y Dios, que solo Cristo es quien justifica, santifica y redime al perdido; es la verdad que sostiene los corazones seguros de los hijos de Dios por los siglos. Y es que tener la seguridad en el evangelio, que es el testimonio de Dios, realmente avivo a los creyentes y reformo la vida de adoración de la iglesia que poco a poco se fue formando como un río sin limites. El testimonio de Dios revelado en las Escrituras acerca de Su Hijo, la vida que hay en Él y la seguridad que el creyente obtiene en Él, es suficiente para el peregrinaje del creyente en este mundo. Nuestros textos hoy nos dicen que Dios le ha dado al creyente vida eterna en el Hijo y los creyentes pueden estar seguros en esta verdad. Pero al mismo tiempo la vida en el Hijo le da al creyente la seguridad de que Dios escucha y responde lo que se pide conforme a Su voluntad. El propósito de este sermón es Afirmar nuestras vidas espirituales en el Hijo y ser movidos a acercarnos a Dios por la seguridad que nos da el Hijo. Los veremos en 1) Nuestras vidas están seguras en el Hijo (v10a, v11, v12a y v13), 2) No hay vida segura fuera del Hijo (v10b y 12b); 3) Nuestra comunión con Dios es segura por el Hijo (v14-15)