379: El poder del acuerdo 1/06/2025 #1354
01 June 2025

379: El poder del acuerdo 1/06/2025 #1354

Iglesia de la Ciudad - Mensajes

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Pastor José Luis Cinalli

1/6/2025

El poder del acuerdo




“... Si dos… se ponen de acuerdo en pedir algo... Mi Padre… se lo dará…”, Mateo 18:19 (PDT).




El acuerdo garantiza la respuesta a las oraciones. Cuando a Israel le declararon la guerra, Ezequías e Isaías clamaron al cielo en oración”* (2º Crónicas 32:20, BAD) y “El Señor… salvó… a… Jerusalén… de todos sus enemigos”, 2º Crónicas 32:21-22 (BAD). Ante la llegada del ejército enemigo Josafat y el pueblo se pusieron de acuerdo para orar y Dios peleó por ellos, 2º Crónicas 20:4-17. Cuando los filisteos atacaron, los israelitas oraron y  “Dios escuchó… y… salieron corriendo”, 1º Samuel 7:10 (TLA). Antes de que los desterrados emprendieran el viaje de regreso a Jerusalén Esdras ordenó que  todos se reunieran para orar  y  “Dios oyó la oración” , Esdras 8:23 (NTV). Cuando los benjaminitas se pervirtieron, Israel recurrió a la oración colectiva y el  “El Señor les dio… la victoria”, Jueces 20:35 (DHH). ¡Hay poder en el acuerdo; las batallas imposibles se ganan con oración colectiva! Ahora bien, el acuerdo entre dos personas no es un cheque en blanco que obliga a Dios a conceder peticiones insensatas o pecaminosas. ¡Nuestras oraciones no controlan a Dios! ¡Una oración egoísta nunca recibe una respuesta satisfactoria! En cambio, una oración sin intereses mezquinos recibe respuesta, aunque no siempre recibimos lo que deseamos sino lo que es mejor para nosotros. Elías pidió morir y Dios lo llevó vivo al cielo, 2º Reyes 2:11. A través de la oración Dios nos permite aceptar lo que humanamente no podemos entender o soportar lo que sin Él nos sería insoportable.  Jesús pidió ser librado del sufrimiento de la cruz y no se libró de ella, pero recibió el poder para enfrentarla con éxito.



Los primeros creyentes practicaban la oración colectiva “todos los días”_, Hechos 2:46 (BL95). “Todos se reunían…para… perseverar unánimes en la oración, Hechos 2:42 (BPD, CST). “Todos se reunían y  estaban constantemente unidos en oración, Hechos 1:14 (NTV); 2:44. Los líderes también estaban consagrados a la oración de común acuerdo: “Nosotros nos dedicaremos… a servir a Dios por medio de la oración…”, Hechos 6:4 (TLA); Hechos 3:1 (CST). El resultado de creyentes puestos de acuerdo para orar fue el derramamiento del Espíritu Santo (Hechos 2:1-4) y el crecimiento de la iglesia: “Todos los días se reunían… y… todos los días el Señor incorporaba a los que habían de salvarse”, Hechos 2:46 (BL95) y 47 (NT Navarra). La clave de aquella primitiva y poderosa iglesia era el acuerdo. Seis veces se dice que la iglesia y sus líderes estaban unidos: 1) Unidos en oración: “Todos se reunían y estaban constantemente  unidos en oración, Hechos 1:14 (NTV). 2) Unidos esperando el derramamiento del Espíritu“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos, Hechos 2:1. 3) Unidos en congregarse: “Y perseverando unánimes  cada día en el Templo… acudían fielmente e íntimamente unidos al templo…”, Hechos 2:46 (OSO, BNP). 4) Unidos pidiendo denuedo para predicar: Alzaron unánimes  la voz a Dios y dijeron… ayúdanos a… anunciar tu mensaje con valentía”, Hechos 4:24, 29 (RV60, PDT). 5)  Unidos sirviendo a Dios: Estaban todos unánimes… de común acuerdo (NBLH)… realizando milagros extraordinarios entre el pueblo”, Hechos 5:12 (RV60, NT-BAD). 6) Unidos en la toma de decisiones: “Nos ha parecido sabio, y así lo  hemos acordado unánimemente, enviar… a dos representantes oficiales nuestros”,_ Hechos 15:25 (NT-BAD). La palabra unánimes es estar de común acuerdo, tener un mismo sentir y propósito; es la palabra ‘acorde’, un término musical que significa tocar las mismas notas al unísono. Cuando la iglesia primitiva oraba no había una voz desafinada o ‘notas equivocadas’; tampoco actitudes desagradables, señalamientos ni fiestas de autocompasión, menos aún chismes o palabras deshonestas. Aquellos primeros creyentes estaban unidos en un solo espíritu, orando y predicando en la peligrosa Jerusalén. No es casualidad ni coincidencia sino el resultado de la oración que Jesús hizo antes de ser crucificado: “Y la gloria que me diste yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno”, Juan 17:22. La oración en acuerdo no es una opción, ¡es el secreto para una vida, familia y ministerio bendecido!



La Biblia está repleta de ejemplos de personas que potenciaron su efectividad al trabajar juntas y de común acuerdo: Noé y sus tres hijos trabajaron en la construcción del Arca (Génesis 6:10-22); Moisés y los setenta ancianos pastorearon a Israel (Números 11:17); David y sus valientes lograron hazañas increíbles (1º Crónicas 11:10-47); Nehemías y sus hombres reconstruyeron el muro (Nehemías 2:11-20); y la lista es interminable. Jesús oró de la siguiente manera: “Te pido que se mantengan unidos entre ellos… para eso deberán permanecer unidos a mí...”, Juan 17:21-22 (TLA). El acuerdo con Dios produce acuerdo entre los hermanos y, según el mismísimo Jesús, esa unidad es la herramienta evangelística más efectiva y económica que se conozca“Así la gente de este mundo creerá que tú me enviaste”, Juan 17:21 (TLA). Y cuando hay acuerdo hay revelación. ¿Recuerdas a los discípulos camino a Emaús? Aunque Jesús iba con ellos _“los ojos… estaban velados, para que no le conociesen”, Lucas 24:16. No lo reconocieron porque discutían entre sí…”, Lucas 24:15. Sin acuerdo es imposible percibir las cosas del Espíritu. Solo cuando estuvieron de acuerdo reconocieron a Jesús: “Y aconteció que… sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron, Lucas 24:30-31. Cuando Jesús partió el pan, los ojos de los discípulos fueron abiertos. Pablo dijo que “el pan que partimos… es la comunión del cuerpo de Cristo” (1ª Corintios 10:16); es decir, representa la comunión entre los cristianos.




Sin acuerdo no hay presencia ni revelación. Incluso, ¡el acuerdo es vital en el matrimonio para que las oraciones sean contestadas!“Trátenla como es debido, para que nada estorbe las oraciones de ustedes”,1ª Pedro 3:7 (NTV). La palabra estorbo denota la idea de atascar, frenar o atorar una plegaria al techo en vez de subir al cielo. Existen bendiciones retenidas cuando no hay acuerdo matrimonial. Cuando Adán y Eva estaban unidos administraban el mundo, en cuanto rompieron la unidad no pudieron siquiera administrar sus propias vidas. ¡Una pareja que ora en unidad permanece en unidad! Un hombre y una mujer que hablan con Dios, unidos en oración, tienen comunión inquebrantable. La oración de común acuerdo entre los esposos desata un poder ilimitado. Jesús aseguró: “que si dos… se ponen de acuerdo… para pedirle algo a Dios… él se lo dará(Mateo 18:19, TLA); por eso orar juntos en el matrimonio cuesta lágrimas. Ninguna otra actividad en la vida es tan resistida espiritualmente, justamente por los beneficios que produce. Recuerda siempre este principio espiritual: ¡cuando multiplicamos las oraciones en unidad, Dios multiplica sus bendiciones en el hogar!




La oración en unidad alcanza el oído de Dios, deleita su corazón y hace mover su mano para otorgar la bendición.. ¿Recuerdas el famoso pasaje de Hechos 15? Había tal desacuerdo entre los hermanos reunidos acerca de la circuncisión de los conversos gentiles que todos tenían opiniones diferentes hasta que “estuvo la mano de Dios para darles un solo corazón”, 2º Crónicas 30:12. Fue así que la asamblea llegó a “un acuerdo unánime”, Hechos 15:25 (NTV). Aquí tenemos el secreto de la oración que prevalece. El desacuerdo al inicio puede ser inevitable, pero cuando las personas buscan fervientemente la voluntad de Dios y sus corazones están abiertos a la influencia del Espíritu Santo, Dios produce unidad espiritual que hace efectivas las oraciones. El salmista dijo: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos  juntos en armonía!... Allí envía Jehová bendición, y vida eterna, Salmo 133:1-3. ¿Dónde envía el Señor bendición? Donde los hermanos habitan juntos en armonía. Salomón dijo: “Más valen dos que uno, pues trabajando unidos les va mejor a ambos. Si uno cae, el otro lo levanta. En cambio, al que está solo le va muy mal cuando cae porque no hay quien lo ayude… Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse; y si tres unen sus fuerzas, ya no es fácil derrotarlas, Eclesiastés 4:9-12 (PDT y TLA). Cuando se trata del peligro de tropezar, enfriarse o ser superado por el enemigo “dos son mejor que uno”. Ese fue el mismo principio que enseñó Jesús cuando envió a sus discípulos (Marcos 6:7) y luego a los setenta (Lucas 10:1) de “dos en dos”. Cuando envió por la burra y el burrito (Mateo 21:2) y pidió preparar la pascua en el aposento alto (Marcos 14:13) envió a dos discípulos. El mismo principio se siguió cuando el Espíritu Santo envió a Pablo y a Bernabé a la obra misionera, Hechos 13:2. Cuando la sociedad se deshizo, ellos continuaron practicando el mismo principio: “… Bernabé tomó a Juan Marcos consigo y… Pablo escogió a Silas…”, Hechos 15:39-40 (NTV). Parece que hubo pocos predicadores individuales entre los primeros cristianos, si es que hubo alguno. El poderoso ministerio de aquellos hombres que “trastornaron el mundo”(Hechos 17:6) se caracterizó por el trabajo en equipo. ¿Lo ves? ¡La oración en unidad produce resultados asombrosos! ¡El poder de la oración se multiplica cuando los creyentes oran juntos y el acuerdo entre ellos garantiza la respuesta! ¡Qué poder tan maravilloso ha puesto Dios en las manos de su pueblo! Con todo esto, ¡cuán poco es usado y cuán poco es probado!