Pastor José Luis Cinalli
6/3/2025
La madre heroína de un héroe
“Fue por la fe que cuando nació Moisés, sus padres lo escondieron… Vieron que Dios les había dado un hijo fuera de lo común y no tuvieron temor de desobedecer la orden del rey”, Hebreos 11:23 (NTV).
Faraón siempre ha sido un símbolo satánico. En su intento por frustrar los planes de Dios esclavizó a los israelitas oprimiéndolos con impuestos y trabajos forzados. ¿Y cómo le fue? Muy mal: “Cuanto más los oprimían, más se multiplicaban”, Éxodo 1:12. Entonces, herido en su orgullo, ordenó a las parteras hebreas que mataran a los varones recién nacidos, Éxodo 1:16-17. ¿Y lo logró? De ninguna manera, Éxodo 1:17. ¡Los planes de Dios no pueden ser estropeados por los hombres, ni siquiera por los reyes! Finalmente, decretó que los niños fuesen ahogados en el río Nilo, Éxodo 1:22. No cabe duda que detrás de esta escena sombría de muerte operaba una potestad diabólica. ¿Por qué tanto empeño en destruir la vida de los infantes? Porque lo que se vierte en un niño a temprana edad determina lo que será en su vida adulta. Piensa en el hijo de Amram y Jocabed. ¡La historia de la gran fe de Moisés comienza con la gran fe de sus padres! ¿De dónde obtuvo Moisés la información acerca del Dios único, sus pactos y su pueblo Israel? De sus padres. Lo que ellos sembraron en Moisés durante su infancia fue decisivo en la misión que Dios le daría en su vida adulta. Es responsabilidad de los padres consagrar sus hijos a Dios y luego estimularlos a la vida espiritual. Y el ejemplo puede ser un aliado importante. Los niños deben ver en sus padres la plenitud de la nueva vida en Cristo. ¿Lo están viendo? ¿Les resulta atractiva la vida cristiana de sus padres? No escatimes esfuerzos ni recursos para que tus hijos desarrollen una relación de amor siempre creciente con Dios: “Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán”, Proverbios 22:6 (NTV). Imitemos a Jesús cuya prioridad fue que sus hijos, como él llamó a sus discípulos (Hebreos 2:11-13), aprendieran a depender de Dios, Juan 17:12.
El plan de Dios es que los padres sean la fuente principal del desarrollo espiritual de sus hijos. Son muchos los ejemplos bíblicos de padres que asumieron esa responsabilidad y, como resultado, dejaron una gran bendición para toda la humanidad. Uno de esos ejemplos fue Jocabed: “… Una mujer de la tribu de Leví… dio a luz un hijo. Al ver que era un niño excepcional, lo escondió… cuando ya no pudo ocultarlo más… puso al niño en la canasta… a la orilla del río Nilo”, Éxodo 2:1-3 (NTV). Jocabed figura en el salón de la fe, Hebreos 11:23. Ante los ojos del mundo parecía ser una mujer sin esperanza, una impotente esclava hebrea. No obstante, crio a un hijo que estremeció al mundo, ¡y lo logró solo con fe! Para salvar a su hijo lo escondió en una canasta, quizás porque se inspiró en el único ejemplo bíblico que conocía. ¿Cómo hizo Dios para salvar a un hombre como Noé que estaba condenado a muerte? Construyó un arca y lo puso dentro. “Pues bien”, dijo Jocabed, “haré un arca y meteré a mi hijo; pondré el arca entre mi hijo y las aguas de la muerte y confiaré en que Dios hará por Moisés lo que hizo por Noé”. ¿Y qué sucedió? Dios tomó la pequeña barquita y la convirtió en un buque de batalla para hundir el reino del Faraón. Cuando contemplamos a la hija de Leví arrodillada junto a la canasta de juncos vemos la fe de una madre que se apoya en la “Roca de los siglos” (Isaías 26:4, BTX2) esperando la salvación de su hijo, mientras las olas de la muerte se estrellan a sus pies. Imita a Jocabed quién imitó a Dios, pues Él salvará a tu familia como salvó a Moisés de las olas de la muerte. Observa a esta heroína de la fe. Jocabed mantuvo la calma, mientras miraba cara a cara a la muerte porque tenía fe en el Dios de lo imposible. Puede que algún espíritu de muerte merodee tu hogar o que la tiranía de la oscuridad quiera arrebatarte el tesoro de tu familia. Tú confía en Dios y confíale a Él la vida de los tuyos: “¡Todos los que temen al Señor, confíen en el Señor! Él es su ayudador y su escudo”, Salmo 115:11 (NTV).
Sigamos las huellas de la intervención divina en las circunstancias que rodearon el nacimiento de Moisés. El ojo incrédulo le atribuye todo al azar. Pero el ojo espiritual ve a Dios obrando detrás de escena y entonces la cosa más insignificante se convierte en el eslabón principal de la cadena de acontecimientos que Dios hace coincidir para llevar a cabo sus grandiosos propósitos. De esa manera una noche sin sueño de un monarca pagano fue la pieza fundamental en la cadena de acontecimientos que terminaron con la liberación de Israel, Ester 6. Lo mismo sucedió con el paseo ‘casual’ de la hija del faraón a orillas del Nilo. Ella jamás imaginaría que sería una pieza importante en los planes de Dios para la emancipación del pueblo oprimido por su padre. El niño que lloraba en la canasta y que ella adoptaría como hijo sería el instrumento de Dios para quebrantar a Egipto hasta sus cimientos. ¿Cómo sigue la cadena de acontecimientos? Miriam, la hermana de Moisés, se acercó a la princesa para preguntarle si quería una mujer hebrea que amamantara al niño: “¡Sí, contestó la princesa! Entonces la muchacha fue y llamó a la madre del bebé. Toma a este niño y dale el pecho por mí… Te pagaré por tu ayuda». Así que la mujer se fue con el bebé a su casa…”, Éxodo 2:7-9 (NTV). ¿Quién diría que aquel que había dicho “si es niño, mátenlo” (Éxodo 1:16) ahora financia el cuidado, la formación y la educación de uno de esos niños? ¡Y qué niño! Qué cuadro más asombroso: ¡las bendiciones provienen de los planes fallidos de Satanás! El diablo fue vencido con sus propias armas, porque Faraón, de quien quería servirse para destruir los propósitos divinos, fue usado por Dios mismo para criar a Moisés, el instrumento para desbaratar los propósitos del infierno.
Lecciones que aprendemos:
1. Jocabed usó la fe para salvar la vida de su hijo. 1) Jocabed se entregó a Dios por fe. 2) Rehusó entregarle al faraón la vida de su hijo. ¿Quién le entregaría un hijo a un asesino, Juan 10:10?, pues tú tampoco lo hagas. 3) Entregó sus sentimientos de madre. ¿Puede una madre tener un hijo y aún después de tres meses no darle nombre? Jacobed lo hizo para no aferrarse a aquello que había decidido entregarle a Dios. A menudo los sentimientos de los padres malogran los propósitos de Dios en la vida de sus hijos; y muchos sufren por las malas decisiones u orientaciones equivocadas de sus padres que no estuvieron respaldadas por la oración. 4) Entregó sus temores. Jocabed no temía al faraón porque temía a Dios. Esta heroína de la fe eligió el plan de Dios para su hijo por encima de sus propios deseos. Esto le dio las fuerzas para hacer lo más difícil que una madre podría hacer por su hijo: dejarlo ir. 5) Jocabed no arrojó a Moisés a las aguas del Nilo sino a los brazos de Dios. Y Dios se lo devolvió con bendición. ¡La fe te permite confiarle a Dios incluso el tesoro de tus hijos!
2. Satanás usó a los niños para partirle el corazón a Dios. ¿De qué manera puede el diablo infligirle mayor daño a Dios? Arrebatándole el futuro a un niño. Satanás no es omnipotente, pero es inteligente y hábil, ciertamente lo suficiente como para darse cuenta de que si gana a los niños habrá ganado la guerra por lo menos durante una generación o quizás más. Cuando guiamos a nuestros hijos en el temor del Señor todo el mundo gana, menos el diablo.
3. Dios usó mujeres para bendecir a Moisés. Moisés fue bendecido por la fe de Sifra y Fúa (Éxodo 1:18-19); luego por la fe de su madre (Hebreos 11:23); por la compasión de la hija del Faraón (Éxodo 2:4, 7-8), más tarde por la fe de su esposa Séfora (Éxodo 2:11-22 y 4:24-26) y finalmente por su la fe de su hermana Miriam que lo apoyó en su adoración a Dios, Éxodo 15:20-21.
4. Moisés usó la fe para preservar su vida. Moisés nació gracias a la fe de las parteras hebreas; vivió gracias a la fe de su madre y superó la ira del faraón gracias a su propia fe, Hebreos 11:27. Moisés fue un hijo de la fe y vivió por fe hasta que en el final se quedó sin fe y terminó arruinando su ministerio y acortando su vida, Números 20:12. La vida de este titán de la fe caído es una seria advertencia contra la pereza y la flojera espiritual.
Conclusión. “Y así, confiando en Dios, salió de Egipto. La ira del rey no lo atemorizaba, porque tenía la seguridad de que Dios estaba a su lado… Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible”, Hebreos 11:27 (NT-BAD, NTV). El texto revela no solo que Moisés tenía fe, sino de dónde provenía. La íntima y profunda relación que Moisés tenía con Dios era la fuente de su fe. “Cuando Moisés entraba… en la carpa del encuentro… el Señor le hablaba… cara a cara como quien le habla a un amigo…”, Éxodo 33:9-11 (PDT). Dios dijo: “… Yo le hablo a él cara a cara…”, Números 12:8 (NTV). Moisés conocía personalmente a Dios, su amistad con Él era su fortaleza y su mayor tesoro. Solo cuando hemos estado en presencia del Rey estamos en condiciones de emprender cualquier desafío y enfrentar cualquier peligro. Nada es imposible cuando salimos del lugar secreto después de haber estado con Dios. Recuérdalo: ¡el secreto de una vida victoriosa es estar cara a cara con Dios, antes de estar cara a cara con los hombres!