ABANDONANDO LA INFANTILIDAD - 2ª parte (Hechos 16:1-5)
La tercera característica para abandonar la infantilidad consiste en que debemos tener una actitud sacrififial y abnegada.
Debes dejar de amarte a ti, para amar a Dios y amar a los que te rodean. Como hicieron la iglesia en Listra y la familia de Timoteo, se sacrificaron en pro de Dios y su Reino.
Debemos pensar como Timoteo que NO tiene una fe infantil que centra solo en él, en sus derechos y sus intereses, Timoteo va más allá, él piensa en cómo sus decisiones y actitudes afectan a la Iglesia y a la misión de Dios.
¿Por qué nos cuesta tanto amar a Dios y al prójimo de manera sacrificial?
Porque pensamos poco en el amor de Dios hacia nosotros. La verdad es que en nuestra relación con Dios, nosotros solo respondemos, él fue el que la inició.
¿Qué tipo de sacrificio estás haciendo tú por amor a Dios, a tu familia, a la iglesia y a la sociedad que perece sin Cristo? ¿Qué estamos perdiendo para que otros ganen? ¿Cómo estamos expresando nuestro supuesto amor a Dios, a la iglesia, y a los que no conocen a Jesús? ¿Sueles quitar los obstáculos para la evangelización y la edificación de la iglesia, o
más bien, tus palabras, actitudes, tus hábitos, tu vida misma, son una piedra de
tropiezo para que otros puedan conocer a Cristo?