
No te engañes| Mateo 7: 13-14| Segundo Culto | Audio Domingo 19 Octubre 2025
Iglesia Bautista La Gracia de Dios
"En el pasaje anterior los oyentes de este sermón fueron advertidos a cuidarse de los falsos profetas; y la forma indicada por Jesús fue evaluar aquello que está al alcance de nuestra vista, los frutos de las personas; con lo cual podríamos saber quién es un verdadero profeta y quien un falso. Sin embargo, en la sección que sigue, el Señor Jesús coloca un nuevo filtro; ya no somos nosotros quienes hacemos evaluaciones, sino el Señor mismo. Él, que todo lo sabe, identificará perfectamente a aquellos servidores que tienen una relación viva con él y a quienes NUNCA ha conocido.El Señor Jesús ha comenzado a desenmascarar a todos aquellos que, como dijo el Apóstol Juan tiempo después, están con nosotros pero no son de nosotros. Aquellos que aparentan andar por el camino angosto, que dicen ser ovejas, pero que sus vidas no se condicen con las vidas de aquellos que sí andan por este camino. El Señor fue claro en la sección anterior para decirnos que estas personas solo llevan el cristianismo de forma superficial, como una piel de oveja sobre sus hombros, pero que su deseo de fondo no es ser un creyente, sino sacar provecho de aquellos que andan por el camino angosto o simplemente ser usados para hacer tropezar a algunos en este camino.La sentencia de este tipo de personas es clara, «son cortados y echados al fuego» (vs 19) figura que nos habla de la condenación que hay para quienes no se arrepienten de su maldad.Ahora, el Señor continúa afinándonos el oído respecto de quienes serán finalmente los que entrarán en el reino de los cielos.El Señor Jesús nos coloca en un escenario complejo; nos presenta un grupo de personas, supuestamente servidores, que consideraban tener acceso seguro al reino de los cielos por haber hecho ciertas obras, según ellos, en el nombre del Señor. Sin embargo, la respuesta del Señor es tan fuerte en contra de ellos que no deja lugar a dudas de que lejos de ser aceptados, reciben del Señor un rotundo rechazo, al punto de decir: «Apartaos de mí, hacedores de maldad».Este nivel de discernimiento, entiendo que solo es del Señor, de hecho, en esta escena, no hay más que el mismo Señor haciendo el juicio, dando su veredicto. Amados. Hay un día, donde cada uno de nosotros tendrá que presentarse delante del Señor y entre él y nosotros solo estarán sus palabras; estas nos darán amplia entrada a su reino o un categórico rechazo a tal posibilidad.Antes el Señor dijo: «Por sus frutos los conoceréis» lo cual nos llamó a poner atención en el servicio de otros. Ahora comienza diciendo «No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos», enfocando ahora la atención, en nosotros mismos."-Pr. Rodrigo Cisternas.