"No debemos considerar el diluvio solo como un efecto, cataclismo de la naturaleza y su poder; aunque es una gran demostración del poder de la naturaleza, debemos tener muy claro que el diluvio no fue capricho de la naturaleza, sino que este vino de la mano de Dios, nuestro Creador, como retribución a la conducta inmoral y desenfrenada del hombre.El hombre fue sentenciado a morir y esto por su propia culpa. El pecado inundó al mundo y Dios, para erradicarlo, tuvo que inundar toda su creación. Esto no sin antes mostrar mucha misericordia" Pr. Rodrigo Cisternas