Habiendo salido de Genesaret, Jesús se fue a la región de Tiro y de Sidón, región que quedaba por fuera del territorio judío. En su estancia allí, vino a su encuentro una mujer cananea rogando su misericordia a favor de la sanidad de su hija. Este relato nos enseña que el Señor salva a todos los que son conforme a su fe, sin hacer acepción de personas.