Evangelio Del Día Miércoles 7 de Diciembre | Dios Nos Da Descanso | Hoy en Oración

Evangelio Del Día Miércoles 7 de Diciembre | Dios Nos Da Descanso | Hoy en Oración

Hoy En Oracion
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Evangelio Diario
LITURGIA - 07 DE DICIEMBRE DE 2022
Ciclo A - Año I - Color Morado
II Semana del Tiempo de Adviento
Liturgia de las Horas Tomo I
II Semana del Salterio
Primera Lectura Isaías 40, 25-31
Salmo 102
Evangelio Mateo 11, 28-30

“Venid a mi todos los que estáis cansados”

PALABRAS DEL SANTO PADRE
En el Evangelio de hoy Jesús dice: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso» (Mateo 11, 28). El Señor no reserva esta frase para alguien, sino que la dirige a “todos” los que están cansados y oprimidos por la vida. Hoy Él dice a cada uno: “¡Ánimo, no te rindas ante los pesos de la vida, no te cierres ante los miedos y los pecados, sino ven a mí!”. Él nos espera, nos espera siempre, no para resolvernos mágicamente los problemas, sino para hacernos fuertes en nuestros problemas. Jesús no nos quita los pesos de la vida, sino la angustia del corazón; no nos quita la cruz, sino que la lleva con nosotros. Y con Él cada peso se hace ligero (cf. v. 30) porque Él es el descanso que buscamos. Cuando en la vida entra Jesús, llega la paz, la que permanece en las pruebas, en los sufrimientos. Vayamos a Jesús, démosle nuestro tiempo, encontrémosle cada día en la oración, en un diálogo confiado y personal; familiaricemos con su Palabra, redescubramos sin miedo su perdón, saciémonos con su Pan de vida: nos sentiremos amados y consolados por Él. (Ángelus, 9 de julio de 2017)


Reflexión del Evangelio de hoy (Hna. Mariví Sánchez Urrutia)
Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas
Este texto, dentro del capítulo 40 de Isaías, se dirige al pueblo de Israel que vive una dura experiencia en el exilio. Los judíos son deportados a Babilonia en varias etapas y allí residirán durante 70 años. Israel pasa por diversos momentos existenciales muy difíciles, durante estos años. Se siente abandonado de Dios que no se interesa por su pueblo, experimenta la tentación de buscarse otros ídolos que le resuelva sus problemas. “Al Señor no le importa mi destino…” Y es en medio de esta experiencia dolorosa del pueblo, como Dios suscita al profeta Isaías que interpela su desconfianza y presenta a un Dios que “fortalece a quien está cansado y acrecienta el vigor del exhausto”.

Cuando el pueblo de Israel vuelve a Jerusalén, su fe se ha purificado, han descubierto a un Dios que cura la fragilidad y restablece las fuerzas del que no camina. El destierro fue un tiempo difícil, pero, tiempo de Gracia para reflexionar sobre su fe. “El tiempo difícil y apasionante de este periodo posibilitó la vivencia más auténtica de la fe”(Francesc Remis)

No hace falta añadir muchas palabras más a este texto para descubrir en él muchas situaciones y semejanzas con nuestro hoy. En las personas que han de dejar su país, su familia, que cruzan desiertos o mares huyendo del hambre, la persecución, las guerras, en este éxodo migratorio con el que nos despertamos cada mañana. Nos descubrimos a nosotros mismos, en las situaciones personales y vitales en las que podemos sentir el abandono de Dios, la falta de respuesta a nuestras necesidades, momentos de prueba, de dificultad, y tantas situaciones en la vida que ponen a prueba nuestra fe y nuestra confianza en Dios.

También hoy se nos ofrece en la Palabra, a este Dios próximo que cura nuestra fragilidad y restablece la fuerza del que está cansado. Ánimo, nos dice por medio del profeta, porque “Dios da vigor al fatigada y al que no tiene fuerzas, energía. Él se dispone a curar nuestra fragilidad. Aquellos que ponen la esperanza en Dios, nos dice, renuevan sus fuerzas.

Cuando el pueblo de Israel volvió a su tierra, su fe se había purificado, habían descubierto a ese Dios próximo a su pueblo capaz de conducirlos hasta la tierra prometida.

Se nos invita también hoy a nosotros a descubrir, en medio de las dificultades de la vida, a Dios que renueva y purifica nuestra relación con El, que sostiene nuestra esperanza, que hace camino con nosotros.
Señor ayúdame a descubrir en las crisis de la vida, un camino de purificación de mi fe y de fortalecimiento de mi confianza en Ti.

Y encontraréis descanso para vuestro espíritu
Mateo, a través del capítulo once, nos narra diversas actitudes que las personas o grupos manifiestan ante Jesús.
Los versículos que iluminan hoy nuestro día van precedidos de una emotiva oración de Jesús en donde se dirige a su Padre con un profundo agradecimiento “te doy gracias, Padre, porque…has revelado estas cosas a los pequeños”. Jesús pone de manifiesto esa mirada complacida del Padre, hacia los sencillos, los que se sienten pobres y necesitados, hacia los que están lejos de la prepotencia del saber o tener, hacia los que en su corazón se dejan instruir por Dios. A esos ¿a nosotros? Dios les revela que, en su Reino, son sus predilectos porque están dispuestos a escuchar su Palabra, a conectar con su mensaje, a comprometerse con los valores de su Reino, a tener una mirada compasiva y misericordiosa. Y por eso y por nosotros da gracias, Jesús al Padre. “te doy gracias, Padre, porque has revelado estas cosas a la gente sencilla”

En la época de Jesús, en las comunidades a las cuales Mateo dirige sus escritos, había demasiada gente agobiada bajo el peso de la ley “los maestros de la ley y los fariseos echan cargas pesadas sobre los hombros de los demás” (Mt. 23,4), a Dios sólo se accede desde el escrupuloso cumplimiento de la ley, de sus muchos preceptos, que suponen un yugo pesado, muy pesado. Es este entorno el que contempla Jesús, y Él nos ofrece su yugo, su doctrina, su vida, “Aprended de mi” para que, todas las personas que sienten sobre si el yugo pesado de las mil dificultades de la vida, de las cargas impuestas, de los distintos “yugos” que oprimen nuestro corazón, recojan la invitación que hoy y a cada uno nos hace Jesús “Venid a mi” porque Dios ha revelado las cosas de su Reino a los sencillos, a los que confían en Él como la fuente de Gracia para recorrer el camino de la vida. “Venid a Mi”

Dejemos que esta invitación resuene en nuestro corazón y reavive nuestra confianza en Él.


LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro de Isaías
Is 40, 25-31
“¿Con quién me van a comparar,
que pueda igualarse a mí?”,
dice el Dios de Israel.
Alcen los ojos a lo alto
y díganme quién ha creado todos aquellos astros.
Él es quien cuenta y despliega su ejército de estrellas
y a cada una la llama por su nombre;
tanta es su omnipotencia y tan grande su vigor,
que ninguna de ellas desoye su llamado.
¿Por qué dices tú, Jacob,
y lo repites tú, Israel:
“Mi suerte se le oculta al Señor
y mi causa no le preocupa a mi Dios”?
¿Es que no lo has oído?
Desde siempre el Señor es Dios,
creador aun de los últimos rincones de la tierra.
Él no se cansa ni se fatiga
y su inteligencia es insondable.
Él da vigor al fatigado
y al que no tiene fuerzas, energía.
Hasta los jóvenes se cansan y se rinden,
los más valientes tropiezan y caen;
pero aquellos que ponen su esperanza en el Señor,
renuevan sus fuerzas;
les nacen alas como de águila,
corren y no se cansan, caminan
y no se fatigan.


EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mt 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”.


Oración

Tú, Señor, eres quien me da vigor cuando estoy fatigado y cuando no tengo fuerzas, energía. Aunque hasta los jóvenes se cansan y se rinden, los más valientes tropiezan y caen; yo que he puesto mi esperanza en Ti, Señor, mis fuerzas se renuevan; me nacen alas como de águila, corro y no me canso, camino y no me fatigo. Gracias, Señor, porque Tú eres quien me sostiene.

Acción

Hoy, a todas mis actividades, además de la eficiencia y el amor que como cristiano tengo que aportar, añadiré entusiasmo porque es el Señor quien me impulsa a seguir y hacer todo cada vez mejor.