Evangelio Del Día Lunes 5 de Diciembre| Cultivar Buenas Amistades | Hoy en Oración

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Hoy En Oracion
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Evangelio Diario
LITURGIA - 05 DE DICIEMBRE DE 2022
Ciclo A - Año I - Color Morado
II Semana del Tiempo de Adviento
Liturgia de las Horas Tomo I
II Semana del Salterio
Primera Lectura Isaías 35, 1-10
Salmo 84
Evangelio Lucas 5, 17-26

“¿Quién puede perdonar los pecados más que Dios?”

PALABRAS DEL SANTO PADRE
Al final, ¿por qué los paisanos de Jesús no lo reconocen y no creen en Él? ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo? Podemos decir, en pocas palabras, que no aceptan el escándalo de la Encarnación. No lo conocen, este misterio de la Encarnación, pero no aceptan el misterio. No lo saben, pero el motivo es inconsciente y sienten que es escandaloso que la inmensidad de Dios se revele en la pequeñez de nuestra carne, que el Hijo de Dios sea el hijo del carpintero, que la divinidad se esconda en la humanidad, que Dios habite en el rostro, en las palabras, en los gestos de un simple hombre. He aquí el escándalo: la encarnación de Dios, su concreción, su “cotidianidad”. Y Dios se ha hecho concreto en un hombre, Jesús de Nazaret, se ha hecho compañero de camino, se ha hecho uno de nosotros. (Ángelus, 4 de julio de 2021)


Reflexión del Evangelio de hoy (Fray Manuel Santos Sánchez O.P.)
Pena y aflicción se alejarán
Sigue el profeta Isaías hablándonos de los tiempos mesiánicos, donde los seguidores de Dios van a gozar de una plena felicidad, ya que todos los males van a desaparecer y solo existirán bienes. “Los rescatados del Señor… vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; sintiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán”. Por eso, les pide “fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, decid a los cobardes de corazón, sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará”.

Cuando vino Jesús, el Mesías, estos tiempos comenzaron a ser una realidad. Pero bien sabemos que es una realidad escatológica, que se resume en el “ya, pero todavía no”. Ya empezaron todas esas realidades anunciadas por Isaías, pero todavía no en plenitud. Su plenitud nos estará esperando después de nuestra muerte y resurrección, donde Jesús nos recibirá diciéndonos: “Venid, benditos de mi Padre, a disfrutar del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”.

¿Quién puede perdonar los pecados más que Dios?
Bien conocido para nosotros es este pasaje evangélico de la curación del paralitico y del otorgamiento del perdón de sus pecados por parte de Jesús. Nos es fácil sospechar que a Jesús, aparentemente un hombre como los demás, no le fue fácil convencer a los que le rodeaban que también era Dios, era el Hijo de Dios.

Uno de los medios que empleó fue realizar signos especiales, milagros, fuera del alcance de cualquier persona humana. Antes de curar al paralítico de su dolencia corporal, le perdona sus pecados apoyándose en su fe: “hombre, tu pecados están perdonados”. Los letrados y fariseos, que no veían a Jesús como el Hijo de Dios, reaccionan normal dentro de su lógica: “¿Quién es este que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar los pecados más que Dios?”. Razonamiento correcto pero del que no sacan sus verdaderas consecuencias, es decir, admitir que Jesús puede perdonar porque es Dios, es el Hijo de Dios. El mismo Jesús para reafirmar su rango divino, realiza la curación del paralítico, algo que solo está al alcance Dios. Al ver este milagro “todos quedaron asombrados y daban gloria a Dios, diciendo hemos visto cosa admirables”. Podemos sospechar que algunos empezaron a creer en la divinidad de Jesús, pero no los letrados y fariseos… que al final lograron condenarle a morir en una cruz.

Un día más, pidamos al Señor que aumente nuestra fe, que aumente nuestra creencia, nuestra seguridad de que Jesús es hombre y Dios verdadero. Y hagámosle caso.


LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro de Isaías
Is 35, 1-10
Esto dice el Señor:
“Regocíjate, yermo sediento.
Que se alegre el desierto y se cubra de flores,
que florezca como un campo de lirios,
que se alegre y dé gritos de júbilo,
porque le será dada la gloria del Líbano,
el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor,
el esplendor de nuestro Dios.
Fortalezcan las manos cansadas,
afiancen las rodillas vacilantes.
Digan a los de corazón apocado:
‘¡Ánimo! No teman.
He aquí que su Dios,
vengador y justiciero,
viene ya para salvarlos’.
Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos
y los oídos de los sordos se abrirán.
Saltará como un venado el cojo
y la lengua del mudo cantará.
Brotarán aguas en el desierto
y correrán torrentes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque
y la tierra sedienta, en manantial.
En la guarida donde moran los chacales,
verdearán la caña y el papiro.
Habrá allí una calzada ancha,
que se llamará ‘Camino Santo’;
los impuros no la transitarán,
ni los necios vagarán por ella.
No habrá por ahí leones
ni se acercarán las fieras.
Por ella caminarán los redimidos.
Volverán a casa los rescatados por el Señor,
vendrán a Sión con cánticos de júbilo,
coronados de perpetua alegría;
serán su escolta el gozo y la dicha,
porque la pena y la aflicción habrán terminado’’.


EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Lc 5, 17-26
Un día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para que hiciera curaciones.
Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocarlo delante de él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús. Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: “Amigo mío, se te perdonan tus pecados”.
Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo Dios, puede perdonar los pecados?” Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó: “¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados’ o ‘Levántate y anda’? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados –dijo entonces al paralítico–: Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.
El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: “Hoy hemos visto maravillas”.


Oración
Señor, que la esperanza de tu venida me impulse a vivir de una manera diferente, que se me note en mi ánimo el saberme salvado.

Acción
Cambiaré mi rostro de amargura por un rostro de esperanza.