En una cultura que prioriza lo cuantitativo y la imagen, hemos normalizado relaciones superficiales o incluso tóxicas que no alimentan nuestra alma ni contribuyen a nuestro crecimiento. Por eso hoy y para arrancar el año nos invito a revisar estos vínculos y reconocer que incluso nuestras relaciones, creencias y hábitos tienen "fechas de vencimiento".