Hay un objetivo precioso a alcanzar a través de la constancia: la madurez.
No hay atajos para alcanzar la madurez, pero sí tenemos la promesa de que si obedecemos a los principios dados por Dios en la Biblia, ese será nuestro destino seguro.
Atendiendo a la Palabra de Dios, el resultado es una certeza.
Dios te bendiga.