No podríamos hablar de la Eucaristía si no hubiera existido la Encarnación. No podríamos comer el cuerpo glorioso de Cristo si Cristo no tuviera cuerpo y eso se lo debemos a la Virgen María. Ella recibió ese anuncio del ángel y ella pronunció su "FIAT", su "HÁGASE" con el cual ella se puso totalmente al servicio de Dios. y del plan de salvación sobre los hombres.