About
Esta semana se me daño un monitor. Así dicho tan escuetamente parece un hecho inconsecuente. Pero la tormenta de pensamientos que desató me llevó a concluir que una vez más había caído en la trampa de los productos desechables.
Los productos desechables son una realidad de finales del siglo 20 y comienzos del 21. Los fabricantes han encontrado la fórmula mágica para mantener al consumidor comprando de manera desmedida.
Los teóricos de los negocios le llaman “obsolescencia planificada” y ya lo hemos discutido en el programa. Se trata de fabricar productos que salgan de la factoría con un a fecha de caducidad. Es decir, que desde el momento que un producto sale de la línea de ensamblaje el fabricante sane cuándo se va a dañar.
Armado con esa información, el fabricante puede planificar sus ciclos de mercadeo y sus fianzas a futuro. Unos los hacen de manera burda, como veremos en el programa de hoy. Sencillamente sus productos se dañan y no encuentras quién les de servicio.

Otros, como Apple, te llenan los ojos con capacidades nuevas y te van dejando atrás con actualizaciones a las aplicaciones y al sistema operativo. Poco a poco tu equipo van tornándose lento e incapaz hasta que “concluyes” que ya es tiempo de comprar un nuevo. Y por supuesto, cuando te acercas a la tienda de Apple, allí te está esperando un empleado sonriente que te vende la Mac o el iPhone del momento. Y el ciclo vuelve a comenzar.
Los productos desechables no son desechables necesariamente porque no funcionen, aunque a veces ese es el caso (como veremos en un producto específico que voy a mencionar hoy). Pero en otros son equipos que funciona perfectamente, siempre y cuando los uses para lo que fueron diseñados.
Por ejemplo, yo tengo un iPhone 13 Pro Max de 512GB. Todavía no tiene el año y ya salió el 14. Y no sólo salió el 14 sino que el 15 viene por ahí. También tengo el iPhone 7 que tuve antes del 13 y el 5 que tuve antes del 7. El 5 lo uso como grabadora y el 7 como control remoto para el 13. Técnicamente dos de ellos están obsoletos.

Lo mismo sucede con las computadoras, con los televisores, con las consolas de juegos, con los automóviles y con decenas de productos más. El problema es que esa estrategia de mercadeo, porque eso en realidad es lo que son los “Productos Desechables”, tiene consecuencias ambientales, económicas y a veces hasta psicológicas nefastas. Para las corporaciones son la gran idea, pero para los demás sectores de la sociedad no tanto.
Finalmente, hoy vamos a hacer un experimento. Vamos a usar ChatGPT para grabar un podcast. Sí, vamos a grabar un episodio asistido por “inteligencia artificial”. No porque falte la natural, sino para que veas cómo se pueden integrar estas nuevas herramientas en nuestro ambiente de trabajo sin que desplacen a los humanos ni se tornen malsanas.
Ya veras cómo lo integro, y cómo lo he venido haciendo desde que salió en noviembre pasado.
OTROS EPISODIOS QUE TE PUEDEN INTERESAR:

11 Mitos Tecnológicos Que Suenan Creíbles
16 Mentiras Que Te Dijeron Durante La Infancia
7 Mitos Sobre La Producción de Video
7 Mitos Sobre El Empleo De Personas De La Tercera Edad
13 Realidades Sobre La Educación Universitaria [2022]
11 Mitos Sobre El Agua
7 Mitos y Realidades Sobre YouTube
4 Palabras Que El Público Odia

©2023, Orlando Mergal, MA
_________________
El autor es Experto En Comunicación Corporativa (Lic. R-500),
Autor de más de media docena de Publicaciones de Autoayuda
y Productor de Contenido Digital
Inf. 787-306-1590 • 787-750-0000

Divulgación de Relación Material: Algunos de los enlaces en esta entrada son “enlaces de afiliados”. Eso significa que si le das click al enlace, y compras algo, yo voy a recibir una comisión de afiliado. No obstante, tú vas a pagar exactamente lo mismo que pagarías al visitar al comerciante directamente y de manera independiente.  Además, yo sólo recomiendo productos o servicios que utilizo personalmente y que pienso que añadirán valor a mis oy...