La primera señal de esta erupción fue el intenso enjambre sísmico que se produjo en la isla de La Palma, luego de una semana una gran erupción estromboliana lanzó fuentes y flujos de lava desde la zona occidental de la isla, destruyendo hasta ahora casi 2 kilómetros cuadrados y 450 construcciones. Aunque aún es desconocido su futuro comportamiento, la medición en los parámetros determinará la duración y afectaciones en la isla.