Fotografía día a día

Hemos llegado a mitad del invierno y hemos estado soportando un principio de invierno con días completamente despejados con niebla y fríos, a los que siguieron días tremendamente plomizos. Con estas condiciones la producción de material fotográfico no puede ser muy extenso ni intenso, or lo que aprovechamos para realizar mucho trabajo de postproducción y de renovación de la web.

Ya he comenzado con los cambios en mi web, fotoluisma.es, una labor apasionante que tenía que hacer y que estaba retrasando porque es una labor para la que hay que concentrarse bien durante esas dos o tres horas que pretendo dedicar al menos tres días a la semana.
Para esta ingente labor cuento con el apoyo de mi hosting, Raiola Networks, raiolanetworks.com, que me da toda la formación que necesito para acometer estos pequeños cambios.
Todo sería imposible si no existiera WordPress, un sistema de creación y gestión de páginas web, que comenzó como plantill para la creación de blogs y luego dio el salto al mundo de las webs.

Hace más de 5 años que tengo una web por la que pago un hosting y en la que tengo un page building de pago y que solo uso de vez en cuando, cuando actualizo la web, cada medio año.
Quiero cambiar esta dinámica porque está claro que hay que centrarse más en la web que en las redes, que solo consiguen que se pierda mucho el tiempo, y no muestran bien mi trabajo.

Dos nuevos hayedos he explorado estos días, que serán destino de fotografía intensiva para el próximo otoño, ya que en este otoño solo he hecho una pequeña prospección.
Uno de ellos es el hayedo de Busmayor, en el pueblo del mismo nombre, en El Bierzo, León, al que llegué tarde, con el otoño pasado, pero pude disfrutar de sus cascadas y del poco color que quedaba en la parte baja de los árboles.
El otro es el chorrón de Villamayor, Asturias, que también llegué tarde, en las últimas horas de la tarde, pero en plena explosión de color otoñal en sus hayas, avellanos y castaños.
El otoño que viene serán destino seguro.

El otoño es sin duda la estación del color y de las atmósferas, y el de este año está siendo muy especial, como hacía años no se producía. Y todo, porque está haciendo un clima perfecto, el que tiene que hacer y cuando lo tiene que hacer.
Los hayedos están llenos de colores en los árboles y de setas y musgos en el suelo, con lo que me tengo que poner límites de tiempo para estar en estos bosques. Me quedaría en ellos hasta que llegue el invierno.

Mientras esperamos a que amanezca, para ver si se produce el milagro de un candilazo, grabo este capítulo para contaros los primeros contactos con el otoño que, de momento, viene más setero que colorido, pero todo llegará y espero verlo para contarlo aquí y para llevármelo en el sensor.

Preparando el otoño y buscando y/o probando nuevas localizaciones de costa puede ser el resumen de mi vida fotográfica desde el anterior episodio hasta este.
He estado explorando un bosque cantábrico casi virgen, al que solo pueden acceder los ganaderos locales y 6 personas diarias con autorización durante ciertos meses al año.
También he estado en localizaciones de costa que solo conocía por las fotos de otros compañeros y em otras, que, si bien ya conocía, sabía que se las podía dar otroa vuelta y probar otros encuadres con otras alturas de marea.

Después de un verano loco de eventos, he descubierto que estoy inmerso en un proyecto fotográfico de street photography por los pueblos de Castilla y me encuentro esperando el otoño procesando con photoshop beta, que ya funciona bien en mis ordenadores.

Sollo tengo que subir a los puertos pirenaicos de la Cordillera Cantábrica, donde, además, se está más fresquito para disfrutar de unas praderías llenas de flores. Además, flores de las tres estaciones, hay orquídeas, amapolas, cardos y quitameriendas, estas nos anuncian el otoño.

Ha llegado el verano y han llegado las vacaciones laborales y las fotos nocturnas y yo ya estoy inmerso en estas y otras tareas.
He estado de vacaciones y, como en 20-30 km a mi redonda había 10 cascadas, me dedique a localizarlas bien, ver los accesos, si se pueden fotografiar en grupo, por dónde entra el sol según la estación del año, etc.
También he aprovechado la luna nueva de las vacaciones para acudir a un taller de Vía Láctea, en el que tres fenómenos del paisaje, David Navia, Eden y DAvid González, consiguieron que me soltara en las composiciones con la Vía.