Un experto en la Ley, movido por curiosidad, pregunta a Jesús: “¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?” Jesús devuelve la pregunta: “¿Qué lees en la Ley?” La respuesta convence: amar a Dios y al prójimo. Pero el hombre, añadiendo dudas, pregunta quién es su prójimo. Entonces Jesús recurre a una imagen poderosa: un hombre asaltado en el camino, ignorado por quienes deberían ayudar, pero socorrido por alguien inesperado: un samaritano.