
About
Hay matrimonios que siguen juntos no por amor, sino por costumbre. Despiertan en la misma cama, se cruzan en la cocina, se reparten las responsabilidades… pero hace rato dejaron de mirarse con intención. No hay crisis escandalosa, pero tampoco alegría. No hay gritos, pero sí una distancia silenciosa que lo va cubriendo todo. Se dicen “buenos días” como quien marca tarjeta, y se preguntan “¿cómo estás?” por compromiso, no por interés.