El misterio de la salvación de los gentiles estaba oculto en la Biblia desde el Génesis hasta la muerte de Nuestro Señor Jesucristo quien usó al apóstol Pablo para que quitara el velo y pudiéramos conocerlo.
Tristemente, hasta el día de hoy, los judíos no pueden comprender este misterio: que Dios salva no sólo a los judíos sino también a los gentiles, por pura misericordia, amor y gracia.